Rusia ataca Kiev con drones Shahed y alcanza una infraestructura crítica en Leópolis

 

Rusia ha atacado esta pasada noche Kiev con una veintena de drones kamikaze iraníes que fueron destruidos en su totalidad por las defensas antiaéreas ucranianas.

Además, según han informado las autoridades ucranianas, las tropas rusas alcanzaron una “ infraestructura crítica” en la ciudad de Leópolis, en el oeste de Ucrania.

También aquí, fueron drones rusos de fabricación iraní Shahed-136 los que impactaron contra un edificio en el que posteriormente se declaró un incendio.

Según los responsables de la ciudad, situada a unos mil kilómetros del frente, en la zona alcanzada se encuentra el cuartel general de los Servicios de Seguridad de Ucrania.

Además, está solo a unos cientos de metros del centro histórico, reconocido como patrimonio mundial de la Unesco.

En declaraciones a una radio, el portavoz de las Fuerzas Aéreas ucranianas aseguró esta mañana que los drones pudieron alcanzar Leópolis por un “déficit de defensas antiaéreas”, ya los que los medios disponibles están desplegados “allí donde más se necesitan”, como grandes ciudades, infraestructuras, centrales nucleares y el frente.

Leópolis ha quedado al margen en general de los ataques regulares que han afectado por el contrario a la capital Kiev, y a otras ciudades que están más cerca del frente y de la frontera rusa.

Disparidad de objetivos

En total, Rusia lanzó anoche contra territorio ucraniano 30 drones kamikaze Shahed, 28 de los cuales fueron derribados por las defensas aéreas ucranianas, según el parte militar ofrecido hoy por el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania.

Además de Kiev y Leópolis, las fuerzas rusas también atacaron Zaporiyia, en el sureste del país y más cerca del frente. “Los objetivos de los atacantes han sido las comunicaciones, propiedades y equipos de la industria agrícola y ganadera y un popular lugar de vacaciones”, según la administración militar de la zona.

Las defensas antiaéreas ucranianas también derribaron tres drones en la provincia de Mikoláyiv, en el sur de Ucrania.

EFE